Ya pasaron un par de cuatrimestres desde que empezaste a estudiar la licenciatura y un día te das cuenta de que, la verdad, eso no es lo tuyo. ¿Qué piensas hacer?

¡No entres en pánico!

Primero lo primero: analiza la situación. Considera que has invertido tiempo y dinero en tus estudios, por ello, profundiza en tus motivos para dejarlos y valora si realmente quieres estudiar otra carrera. ¿Tu elección fue por obligación de tus papás? ¿Tenías una idea errónea de lo que estudias? ¿Descubriste que no te hace feliz?

 

No precipites tu decisión. Recuerda que estudiar una licenciatura, actualmente, es un eslabón primario en tu desarrollo profesional y laboral.

Es un hecho: ¡me cambio!

Si al final decidiste que quieres cambiar de carrera, haz las cosas de forma distinta. Esta vez piensa en tus gustos, tu personalidad y tus habilidades. Partiendo de eso, elige una nueva carrera e investiga todo sobre ella: en qué universidades la imparten, el plan de estudios, el campo laboral… Si tienes la oportunidad, platica con alguien que ya esté estudiándola, así podrás conocer esa carrera desde otra perspectiva.

Basa tu elección en las necesidades que identificaste en tu autoanálisis y contempla factores como las colegiaturas, la dificultad de las materias y sus tareas, la posibilidad de obtener becas… Evalúa todos los detalles.

Busca opciones

No te quedes sólo con las universidades que todo el mundo conoce; explora la oferta. En internet existen diversas guías de escuelas que pueden servirte. Puedes apoyarte, por ejemplo, en la herramienta Compara Carreras del Instituto Mexicano para la Competitividad, donde se muestra información estadística relevante por cada carrera y un índice de las escuelas que la imparten en todo el país.

 

Si estás determinado a recuperar el tiempo perdido, una licenciatura en línea es tu mejor opción, pues te ofrece diversas ventajas, como estudiar a tu propio ritmo, combinarlo con un trabajo o ahorrar tiempo y dinero en transportación.

 

Como ves, el querer cambiar de carrera no es el fin del mundo. El secreto está en pensarlo bien y planificar tu siguiente movimiento.

 

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